La automatización, la robótica y el auto-diagnóstico serán herramientas claves en las consultas de los médicos y urgencias dentro de 10 años, pero la falta de protección de datos está entorpeciendo el proceso.
Sensores, cámaras y dispositivos de escaneo robótico provocarán un aumento de las interacciones como principal apoyo para médicos y enfermeros humanos, señala el estudio “Construyendo el hospital de 2030”. Este nuevo informe realizado por Aruba, presenta el Internet de las Cosas (IoT), el Cloud y la Inteligencia Artificial como responsables principales de la transformación de los hospitales del futuro.
La principal novedad es el autodiagnóstico, que no quiere decir que se tomen medicamentos a la ligera, sino que regulares y controlaremos la salud mediante apps y wearables para monitorizar la salud, pudiendo identificar gran variedad de problemas de salud si la necesidad de un especialista. Esta opción aligerara la carga de los hospitales y las consultas, reduciendo las infinitas listas de espera y el largo plazo que sufren algunos centros para dar cita a los pacientes. Además los hospitales serán más ágiles en el reconocimiento de un nuevo paciente con el sistema de escaneo por ejemplo de la frecuencia cardiaca, temperatura y frecuencia respiratoria que actualmente deben realizar los enfermeros de manera lenta y rutinaria. Se podrán realizar pruebas de presión arterial y electrocardiogramas (ECG) cada 10 segundos y establecer un triaje automático y por supuesto, un diagnóstico más rápido.
Todas estas mejoras suponen un mayor tiempo libre para los profesionales, los cuales dedican, según Aruba, el 70% de su horario de trabajo a funciones administrativas. La tecnología de IoT y los dispositivos móviles permitirán analizar rápidamente los escáneres y registros de pacientes.
Por otro lado, una de las grandes revoluciones tecnológicas que se perfila clave para la revolución de todos los sectores y, por supuesto, también el de la salud, depende en gran medida de la participación del ser humano. La Inteligencia Artificial puede aportar grandes beneficios a la eficiencia sanitaria y ser una ayuda fundamental para los empleados de los hospitales y los propios pacientes. Sin embargo, se trata de un avance que va íntegramente ligado al apoyo del público, es decir, a la disponibilidad de los pacientes de ser diagnosticados por máquinas. Aquí la educación y concienciación de la sociedad para que acepten esta tecnología como un aliado y no como una amenaza es clave. “Dentro de diez años, podremos estudiar alrededor de 50.000 proteínas sanguíneas diferentes de una sola gota, y hacerlo mucho más rápido, o incluso diagnosticar automáticamente. Esto es un cambio drástico y no ocurre actualmente. Hoy es posible que se obtengan 30 variables” explica Hugh Montgomery, profesor de la UCL, en favor de la Inteligencia Artificial.
La seguridad de los datos
Toda esta innovación tecnológica tiene una pega, la seguridad. A la vez que se invierte en innovación y transformación digital, es imprescindible apostar por proteger esos datos que se generan e integran automáticamente en los registros de los pacientes y que estarán disponibles desde cualquier dispositivo del hospital.
El 89% de las organizaciones sanitarias que han adoptado una estrategia de IoT, han experimentado una violación de datos relacionados con el IoT. “El aumento de los servicios de salud digital trata de mejorar las experiencias del paciente y aumentar la precisión y la calidad de la atención. Pero el riesgo de seguridad de los datos está surgiendo como un gran desafío. Es por eso que estos cambios están tardando tanto tiempo en implementarse y esperamos ver a las compañías sanitarias asociándose con proveedores para negociar cambios tanto tecnológicos como culturales en los próximos años. Con los beneficios que se ofrecen, sin duda el esfuerzo vale la pena” explica Morten Illum, vicepresidente de Aruba EMEA.